diumenge, 28 d’octubre del 2018

Concurso de microrrelatos - Sexta y última semana

Esta última semana los relatos debían empezar con "Como prometió el policía, todo salió bien". El ganador ha sido el de Hiba Zian, ¡buen trabajo! La próxima semana elegiremos la historia que más nos ha gustado de entre todas las ganadoras semanales, ¡suerte a todas!

"Como prometió el policía, todo salió bien. Bueno, empecemos desde el principio. Soy Verónica y mañana empiezo el instituto aunque no me apetece estudiar, hacer deberes, quiero decir que no me apetece volver a lo de siempre.
Pero llegó el día, me levanté angustiada, no me apetecía hacer nada pero me levanté, desayuné, me lavé los dientes y me vestí para ir al instituto, no sé si estaba nerviosa para esta nueva etapa pero estaba algo rara. Solo me faltaba girar la esquina y llegar pero tropecé con un chico era de lo más raro, yo estaba temblando porque ya llegaba tarde y no quería llegar tarde el primer día de instituto. No me fijé mucho en el chico pero parecía de mi edad. Se disculpó y yo fui corriendo a mi clase aunque había un montón de clases y casi me pierdo, llegué a clase y me senté y justo después entro nuestro tutor. Mientras el tutor hablaba yo miraba las personas que había en clase, quiero decir que miraba a mis nuevos compañeros y quién sabe si amigos aunque a algunos ya los conocía. De repente alguien tocó la puerta y era el chico contra el que me tropecé, llegaba tarde aunque el tutor Iván le dejó entrar, la verdad es que me caía bastante bien aunque me tropezara con él. Había llegado la hora del recreo, a muchas personas de clase las conocía, unas por ballet, otras por básquet y otras por el año pasado. En el patio me acerqué al chico con el que tropecé y le pedí perdón, por cierto  se llamaba Julián, era muy buena persona o eso aparentaba. Nos conocimos un poco mejor, a nuestro lado estaban unas cuantas personas más Hector, Sara, Marta, Carla...
Estuvimos hablando de unos cuantos temas pero yo pasé del tema y me puse a hablar con Julián y le pregunté qué quería ser de mayor  y Julián me dijo que quería ser  policía. La verdad es que le quedaba bien el trabajo de policía, a partir de ahí le puse el mote de policía, es un manía que tengo, ponerle mote a todo el mundo. Estuvimos hablando de unos cuantos temas más pero cuando sonó la sirena todos se iban a clase, yo estaba muy nerviosa aún no sabía cómo me iba a ir, todo era tan raro. Julian me vio la cara de preocupación que tenía y me prometió que todo saldría bien yo quería hablar con él más pero fuimos corriendo a clase porque llegábamos tarde.
Pasó el tiempo y el año me fue muy bien, no traje las notas perfectas, pero eran aceptables, hice muy buenos amigos  y estaba orgullosa de mí misma. Y como me prometió el policía todo salió bien, por cierto también me fue muy bien con el policía, quiero decir, Julián❤️😍😂"

Nuevo relato en cadena - planteamiento, nudo y desenlace

Por fin, después de varias semanas sin tener clase de Castellano los viernes, iniciamos un nuevo relato en cadena. En esta ocasión, la historia debía empezar con "Me desperté y me acordé". A pesar de que se presentaron varios planteamientos de argumento similar al primer relato que construimos juntos en clase, finalmente el ganador nos introduce en un mundo de fantasía totalmente diferente que nos plantea un dilema ético y, a la vez, nos hizo reír. ¡Enhorabuena a Begoña Montesinos y también al resto de concursantes!

 "Me desperté y me acordé, me acordé de cuando robé una mandarina, sonará muy gracioso, pero no lo fue. El caso es que un día, me desperté muy hambriento, mis padres no estaban en casa, entonces fui a la cocina y no había nada, pero nada de nada para comer. Me vestí y fui en busca de comida. Pasé por un puestecillo de fruta y cogí lo primero que vi, una mandarina. Llegué a casa y no me la comí, sino que me puse a llorar porque me sentía un ladronzuelo. Llegaron mis padres a casa, les conté la situación y ambos se echaron a reír. Mi madre me dijo: ''!Anda, ve y devuélvela y así te quedas tranquilo!" Y eso hice. Fui al puestecillo de donde había cogido la mandarina, y se la devolví a su dueño, el problema es que no reaccionó como yo pensaba".


Tras un par de semanas de descanso por el puente, volvemos a leer las continuaciones que seis alumnas y alumnos han inventando para la ya famosa historia de la mandarina. Tras la votación, el nudo ganador ha sido el de Érik Pérez y aquí lo tenéis.

"Cuando le devolví la mandarina al frutero me perdonó, pero puso una cara muy extravagante y me dijo que estaban en peligro, me dio un sobre y me dijo: "Léelo, es muy importante". En el sobre ponía:
Quien sea el portador de este sobre lo ha recibido por uno de los agentes de SVSF. Está en
peligro inminente. Para sobrevivir tendrá que seguir los siguientes pasos:
1 No hablará con nadie de esto por mucha confianza que tenga.
2 Se dirigirá a la c/ Hera del Sol y en la única cabaña de la calle se tendrá que adentrar para recibir los siguientes pasos.
Cuando acabé de leer el contenido del sobre el puesto de fruta había desaparecido, entonces decidí ir a la casa. Cuando llegué me encontré antes una cabaña muy vieja. Cuando abrí la puerta chirriaba y a cada paso que daba la madera del suelo crujía. Encontré un sobre en medio de una habitación y, cuando lo cogí, algo me tocó la espalda. Al girarme ..."


¡Por fin tenemos un desenlace para la misteriosa historia de la mandarina! Ha sido verdaderamente difícil elegir entre los distintos finales que se han presentado. Aun así, tras la votación, el ganador ha sido Gabriel Treglia, ¡buen trabajo!


"Al girarme logré ver una silueta. Era una silueta muy familiar y cuando se acercó... ¡Era mi padre! Yo le abracé muy emocionado, ya me veía muerto porque creía que me había metido en un lío con traficantes o algo por el estilo. Él me explicó que era un agente de la SVSF, y que estaban haciendo una investigación sobre el robo de cítricos, y me explicó que un gran criminal robaba cítricos para ponerles veneno dentro y devolverlos.
Mi padre y yo nos dirigimos al frutero y él también era agente. Pedí a mi padre participar en la investigación y me dejó, aunque era muy pequeño.
Tras tres semanas un señor con cara de pocos amigos robó una mandarina y, al cabo de 2 minutos, la devolvió. Mi padre, el frutero y yo nos alertamos y le acorralamos. El hombre decía no haber metido nada pero abrimos la mandarina y percibimos un líquido rojo, y eso sin duda era veneno. Llamamos a la policía, y sí, era él el traficante de mandarinas envenenadas. Lo detuvieron y yo me senté a pensar... todo empezó por una mandarina, una simple mandarina, un cítrico salido del campo, y acabó con un traficante de mandarinas envenenadas. Bueno, la próxima vez que tenga hambre, nunca más de los jamases compraré cítricos".


Ahora que hemos terminado el concurso de microrrelatos y que todos habéis participado, me gustaría felicitaros por vuestra implicación y lo interesante y entretenido que ha sido leer cada viernes vuestras historias. 


diumenge, 21 d’octubre del 2018

Concurso de microrrelatos - Quinta semana

De nuevo es jueves y, por tanto, hay concurso de microrrelatos en 2º ESO. Ya solo nos quedan dos semanas, esta y otra más. Luego votaremos el relato que más nos haya gustado de entre todos los ganadores y, con eso, cerraremos esta edición del concurso.

Esta semana volvemos a tener una frase que incita a que los relatos sean de miedo o de misterio. Hay semanas en que es especialmente complicado elegir la mejor historia porque se presentan varias muy buenas y eso es lo que ha sucedido. Por eso felicito a Lucas Moreno, ganador de esta semana, y a las demás escritoras que han imaginado y escrito historias que nos han tenido en vilo hasta el final, ¡buen trabajo!

"Al final todo se quedó en un mal recuerdo. Aquel mes fue el peor de mi vida. Yo no quería ir a ese orfanato abandonado pero me obligaron, no sé quién fue, solo sé que su rostro era horrendo y con una marca de nacimiento bajo el ojo. Cuando llegamos al orfanato bajamos al sótano y estaba lleno de aparatos de cirugía y tortura, también había una camilla con manchas de sangre. Yo gritaba con todas mis fuerzas pero nadie me oía. Él se enfadaba cada vez que yo gritaba y me amenazaba con la muerte, así que deje de gritar, y comencé a llorar. Pasaban días y días y me puso una tele encendida todo el día en el canal de noticias, vi a mis padres llorando por la tele mientras yo sabía que estaban empezando a asumir que yo estaba muerto. Pero sabía que aun así no se rendirían. Unas semanas después escuché por la parte de arriba del orfanato muchísimos ruidos, pensé en lo peor, “se ha enfadado, me va a matar, no volveré a ver a mi familia”. Pero cuando estaba en lo peor vi entrar a un grupo de hombres con traje de policía, uno se acercó y me dijo,”no te preocupes, todo va a salir bien, tu familia te espera”. Pero antes de ver a mi familia me llevaron al hospital, estaba deshidratado y hambriento, por lo que yo recuerdo aquel hombre llevaba una semana sin venir donde me tenía escondido. Al fin llegó mi familia, y como prometió el policía, todo salió bien".

La próxima semana los relatos empezaran con "Como prometió el policía, todo salió bien". ¡Ánimo!

Concurso de microrrelatos - Cuarta semana

En esta ocasión los relatos debían empezar con "No he pasado más miedo en toda mi vida". Tras leer las escalofriantes historias que han participado, la ganadora ha sido María Jiménez. ¡Enhorabuena, María!

"Nunca he pasado más miedo en toda mi vida. Soy Josefa y os voy a contar lo que me pasó. Todo empezó en mi casa, un día de invierno. Y , tan tranquila, estaba a gusto en mi sofá viendo vídeos de Johnny Johnny yes papa en YouTube y con mi manta toda calentita hasta que ... ¡patapum! Adiós a la luz y a la señal. El caso es que se me olvidó deciros que estaba cayendo fuera una tormenta de tela marinera y creo que por eso se fue la luz. No podía llamar a mis padres ni enviarles mensajes ya que no había cobertura a causa de la tormenta, ni tenía datos porque me los gasté el día anterior viendo el directo de mi amor platónico (triste pero cierto) . El tema es que tenía que encontrar la llave de la luz pero había unos inconvenientes: el primero es que no sabía dónde estaba y el segundo es que tengo miedo a la oscuridad, igual que mi gato Luciferino, así que estaba “ cagadísima ” de miedo y no sabía por dónde empezar. Me tranquilicé. Después, lo primero que hice fue encender la linterna del móvil y buscar a mi gato para sentirme mejor (aunque mi gato está muy gordo, es muy miedoso y un vago de mucho cuidado). Tras encontrar a mi gato, que estaba prácticamente a mi lado, lo cogí y subimos al segundo piso, bueno, lo intentamos, porque tenía tanto miedo que me daban hasta arcadas. Más tarde, después de tranquilizarme, por fin subimos a la segunda planta ya que recordé que mamá nombró algo sobre que la llave de la luz estaba arriba. Estuve buscando por todos lados mientras Luciferino seguía tumbado donde lo dejase, hasta que de repente chafé algo que no vi con la linterna, tenía muchísimo miedo porque me extrañó no haberlo visto, entonces no sé por qué, fui a cogerlo sin mirar. Era alargado y rugoso y en ese momento me asusté,  pero al verlo no sabía qué hacer, si reír o llorar del susto que me dio. El caso es que era el pepino de mi gato que ya no sabía ni dónde estaba. Tras media hora de muchísima angustia y miedo encontré la llave de la luz que estaba al lado del sofá, entonces le di a todos los interruptores hasta que se encendió todo. Por fin ya estaba más aliviada, pero la angustia que me dejó y el malestar no se fueron. Más tarde llegaron mis padres y al ver mi cara deforme, me preguntaron qué había visto en la tele y les conté lo que me pasó. Lo único que hicieron fue reírse de mí, pero yo siempre pensaré que ese fue el día que tuve más miedo de mi vida . Al final todo se quedó en un muy mal recuerdo".

Como ya sabéis, la próxima semana los relatos empezarán con la última frase del relato de María. ¡Suerte a tod@s!

diumenge, 7 d’octubre del 2018

Concurso de microrrelatos - Tercera semana

Esta semana los relatos debían empezar con "No tenemos todo el día", frase sencilla que daba pie a multitud de relatos distintos. Cada una de las historias que hemos escuchado ha captado nuestra atención por ser divertida, emotiva, misteriosa... Y, tras una reñida votación, el relato ganador ha sido el de Belén Gallego, ¡enhorabuena, Belén!


"-No tenemos todo el día, o las sacas ahora o nunca.
-¿El qué? -preguntó ella con razón. A lo que yo le respondí:
-¡Las palomitas! Ya sabes que si están quemadas no me gustan, tienen que estar en el punto perfecto -respondí.
-Voy, voy... -dijo.
¡Uy que despiste! No me he presentado, yo soy Ángela y la que iba a dejar que se quemaran las palomitas es Ana, mi mejor amiga. Bueno ¿por dónde nos habíamos quedado? Ah sí,entonces dijo Ana:
-Ya las he sacado del microondas. Sí, en el punto perfecto. Por cierto, ¿cómo es que has decidido hacer palomitas? -dijo ella respondiendo a lo que sabía que le iba a preguntar.
A lo que yo le respondí diciéndole que hoy quería hacer algo diferente, algo que no solemos hacer muy a menudo. Le pregunté si le parecía buena idea que fuéramos al cine, ella dijo que le parecía buena idea hacer algo diferente y más si se trata de ir al cine.
Nos tiramos media hora discutiendo sobre qué película íbamos a ver, para nosotras eso era un dilema, porque yo soy más de ver películas de comedia, de esas que te hacer ponerte a reír y no poder ni respirar y lo único que te hace parar de reír es el poco oxígeno que te queda, pero a Ana le iba más el miedo, esas películas en las que no sabes cuándo te va a aparecer algo, pero a mí las pelis de miedo me horrorizan y me espantan.
Así que decidimos tirarlo a suertes con una moneda, yo elegí cara y Ana eligió cruz. Tiré la moneda y... exacto, salió cara. Entonces fuimos a ver una comedia.
Llegamos al cine de milagro, fue llegar a la taquilla para pagar la entrada y estalló una tormenta con rayos y truenos, ¡impresionante!
Una vez ya sentadas en las butacas inició la cuenta atrás 3 2 1, y comenzó. De pronto se escuchó un trueno enorme y se fue la luz. En el caso de que ocurra esto, existen 3 tipos de personas: A) Las que hacen como si nada. B) Las que hacen como si fueran un zombie, un hombre lobo, etc. y se dedican a perseguir, asustar, etc. a los del tipo C . Y, por último, este tipo, el C), son los que se dedican a  chillar con las manos en alto corriendo de un sitio al otro. Claramente estaba yo en este tipo.
En definitiva, se formó un caos en la sala. Finalmente y con el susto en el cuerpo conseguimos salir de la sala,  habría preferido ver una película de miedo que vivir en una. No he pasado más miedo en toda mi vida".


Ha sido un relato muy divertido, que nos deja una buena frase para la próxima semana "No he pasado más miedo en toda mi vida". ¡Ánimo a los concursantes de la semana que viene, se acerca Todos los santos y las posibilidades de asustarnos son infinitas!