"Ese día me di cuenta de que tenía mucha suerte. Yo estaba volviendo del colegio y por el camino me encontré a una vagabunda pidiendo dinero. “¡Qué sinvergüenza! No quiso estudiar cuando le tocaba y quiere que le demos nosotros…”. Pero estaba tan inmerso en mis pensamientos que no me di cuenta de que una furgoneta negra me estaba siguiendo, ni de que un hombre bajó de ella. Así que me pilló por sorpresa que me tapara la boca y me metiera a la fuerza dentro de su vehículo y me provocara el sueño.
Me
desperté en una habitación blanca sin ventanas. A los pocos segundos oí una voz
a través de un micrófono que me dijo:
-
Sabemos que perteneces a una familia muy rica, así que les hemos dicho a tus
padres que, si quieren volver a verte, nos tendrán que pagar dos millones…
En ese
momento la voz se cortó. Yo asustadísimo, solo oía gritos, pasos acelerados y
sirenas de policías. A los quince minutos cesaron los sonidos. Yo escuché unos
pasos que se acercaban a la habitación. Alguien abrió la puerta.
-
Tranquilo, Rodrigo. Estos señores te habían secuestrado. Pero por suerte una
mujer que estaba en tu mismo barrio vio la matrícula de su coche y nos llamó.
Ella ha querido venir con nosotros también.
Y por
la puerta apareció la mujer que me había encontrado en la calle. Me di cuenta
de que la persona a la que había despreciado unos momentos antes me acababa de
salvar la vida. Esta experiencia me abrió los ojos".
La próxima semana los relatos empezarán con "Esta experiencia me abrió los ojos". ¡Ánimo!