diumenge, 18 de desembre del 2016

Encuentro con la escritora Concha López Narváez

El pasado miércoles 14 de diciembre, los alumnos de 4ºESO acudieron a un encuentro con la autora de La colina de Edeta, Concha López Narváez. En todo momento la escritora se mostró espontánea y cercana a los alumnos, dispuesta a explicar cualquier duda o curiosidad que tuvieran acerca de la novela que previamente habían leído. Fue un encuentro interesante, por lo que agradecemos a la Biblioteca Municipal de Llíria su organización y difusión.


diumenge, 27 de novembre del 2016

Microrrelatos - séptima y última semana

Con el relato de esta semana damos por finalizada la primera edición del concurso de microrrelatos en 2ºESO. En general, el nivel de los relatos ha ido mejorando con el paso de las semanas, de hecho ha habido historias muy buenas que no han resultado ganadoras en las votaciones pero que habrían sido tan merecedoras de ser publicadas como las vencedoras así que, por mi parte, reitero mi enhorabuena a tod@s l@s participantes, en especial a quienes se han tomado más interés por escribir buenos relatos.

Y concluimos con el relato de Roxy Star Jackson, que tenía que empezar con "Después de ese día todos mis miedos desaparecieron".

"Después de ese día todos mis miedos desaparecieron. Me desperté por el molesto ruido de mi alarma, que hizo que mi madre subiera a mi habitación. Me regañó y por fin me desperté después de que mi madre se fuera y mi hermano se quejara por el ruido. Me preparé para el instituto, me puse los cascos y salí por la puerta.

Entré a clase y me senté al lado de la ventana perdiéndome en mis pensamientos, como de normal, hasta que alguien tocó a la puerta haciendo que saliera de ellos. Entró un chico alto, moreno, de ojos verdes. Se llamaba Theo, tenía 17 años y venía de Miami. Yo no quería nada que ver con él porque las chicas ya me tienen mucha manía y no quería pasar por lo mismo que hacía unos años pero, cómo no, le tocó a mi lado.

Al principio pasé de él pero empezamos a conversar mucho y a intercambiar información. Pasaron las semanas y me llevé muy bien con él pero las chicas empezaron a expandir rumores y me fui llorando al baño. Después de unos minutos, Theo entró, me pidió que le explicara de qué trataba todo esto, que por qué siempre estaba apartada. Le expliqué todo, desde el bullying hasta las humillaciones que pasé por culpa de "las populares". Mis ojos se aguaron porque recordé el miedo que pasé. Theo me abrazó fuerte, dijo que nunca dejaría mi lado. En ese momento me sentí a salvo de todo y mi miedo iba desapareciendo".


diumenge, 20 de novembre del 2016

Microrrelatos - sexta semana

De semana en semana va mejorando el nivel de los relatos. En esta ocasión, el ganador ha sido Alejandro Castillo. Enhorabuena a él y a los demás participantes, que nos amenizan las mañanas del viernes con sus historias.

"Todos llegamos a casa sanos y salvos después de esa mañana horrible. Diez horas antes, mi padre, mi madre, mi hermana y yo estábamos pasando una de esas mañanas en familia que al principio son aburridas pero después te gustan. Estábamos todos juntos almorzando en un bar por el centro de Madrid, después fuimos al centro comercial: compramos ropa, comimos chuches y montamos en uno de esos coches eléctricos para mi hermana.

De repente un hombre se puso en medio de la planta y enseñó un cinturón de explosivos. Él dijo que todos nos tumbásemos boca abajo en el suelo o haría explotar la bomba y nos mataría a todos. Mi hermana pequeña estaba llorando por el miedo que estaba pasando durante ese preciso momento, el hombre dijo que se callara o mataría a mi madre. Después dijo que le pasáramos un teléfono móvil. Llamó a la policía para que le pusieran en contacto con el presidente español. La policía no quería, decían que si no le explicaba el motivo no haría nada. Les explicó lo que pasaba de muy malas formas y en diez minutos estaba hablando con el presidente para negociar un precio para que no matase a las personas que estábamos ahí.

El presidente decía que le podía dar 100.000 euros para que liberara a todas las personas que estábamos allí en ese momento, él decía que si no le daba 200.000 euros, el centro comercial junto con todas las personas que había dentro, incluida mi familia, saldría por los aires. Estuvieron un buen rato discutiendo y debatiendo de malas formas el precio. El hombre dijo que si en dos horas el dinero no estaba en la puerta B activaría la bomba y nos mataría a todos.

Hubo una pausa con un silencio que no había oído nunca, hasta que oí las sirenas de la policía y las fuerzas especiales de Madrid, él colgó y rebotó el teléfono contra el suelo.

Durante esas dos horas todo el mundo lo pasó muy mal, sobre todo mi hermana de dos años. Después de una hora y cincuenta minutos, se oyó la voz de un policía diciendo por un megáfono que el dinero estaba ya en la puerta B. Él se asomó con la cara tapada para comprobar si estaba de verdad. Salió con un rehén, mi madre, que lloraba una barbaridad, en ese momento todos nos echamos a llorar, sabíamos que estaba acabando todo. El hombre soltó a mi madre y echó a correr. Un coche lo esperaba y se fueron. La policía entró en el centro comercial.

Nos enteramos de que al hombre lo habían pillado saliendo de Madrid. Al llegar a casa, estaba mi familia esperándonos: abuelos, tíos y primos. Después de ese día todos mis miedos desaparecieron."



La próxima semana, que ya será la última, los relatos tendrán que empezar con "Después de ese día todos mis miedos desaparecieron". ¡Suerte!

dimecres, 16 de novembre del 2016

Microrrelatos - quinta semana

En esta ocasión, el relato ganador después de una reñida votación ha sido el de Noelia Bonastre. Mi enhorabuena para Noelia y para el resto de concursantes de esta semana, que han sido bastantes.

"Nunca lo pasé tan mal como ese día. Hace ya dos años del accidente en el que, por suerte, nadie salió gravemente herido, a mi hermano Javi y a mí no nos pasó nada. Todo sucedió cuando volábamos hacia Denver desde Valencia para visitar a unos primos que vivían en un pequeño pueblo llamado Sedwick, a 271,9791 kms de Denver, donde pretendíamos aterrizar. El caso es que cuando llegábamos a Denver cerraron el aeropuerto por una posible amenaza y tuvimos que continuar el vuelo para aterrizar en el aeropuerto internacional de Los Ángeles a 1761,060 kms de Denver, aproximadamente a dieciséis horas y media de coche hasta Denver más las dos horas y media hasta Sedwick.

Lo peor fue cuando, sobrevolando el bosque de Arapanho, cerca de Denver, uno de los motores del avión empezó a fallar y empezamos a descender a gran velocidad. El personal nos decía que mantuviéramos la calma pero, en el pánico de sufrir un accidente con riesgo de muerte, era bastante difícil. Yo intenté tranquilizar a Javi, que estaba histérico, pero al final se tranquilizó. Mientras descendíamos rápidamente, el personal nos explicaba qué debíamos hacer, teníamos que coger un paracaídas de la compuerta trasera y saltar cuando estuviéramos a unos 1600 metros de altura aproximadamente. Abrimos el paracaídas, saltamos todos y el avión se estrelló contra la montaña y salvo un chico que se rompió la pierna y una mujer que se partió el brazo, todos estábamos bien. Los móviles no funcionaban y tuvimos que ir andando con el chico de la pierna rota en brazos hasta Silverstone, el pueblo más cercano. Allí llamamos a la familia para decirles que estábamos bien. Nos llevaron a Denver en autobús donde nuestros primos vinieron a recogernos.

Todos llegamos a casa sanos y salvos".



Los relatos de la semana que viene empezarán con "Todos llegamos a casa sanos y salvos".

diumenge, 6 de novembre del 2016

Microrrelatos - cuarta semana

Esta semana los relatos tenían que empezar con "Las llamadas eran unos amigos que nos querían invitar a una fiesta". La ganadora ha sido Paula Aragó, enhorabuena Paula, aunque me gustaría felicitar a tod@s l@s participantes, porque va subiendo el nivel y cada vez los relatos están más elaborados. Seguid así ya que nos hace pasar un ratillo entretenido en la clase del viernes.

"Las llamadas eran unos amigos que nos querían invitar a una fiesta, que se celebraría del 28 al 1 de abril en Madrid. Quedaban solo dos días y aún no tenía nada preparado. Lo primero que hice fue comprarme un billete para el Ave, después preparé toda mi ropa y me la puse en la maleta. Llegó el 28 de abril, a las siete de la mañana y recién despierta me fui a coger el Ave. Después de una hora por fin llegué a Madrid, donde me encontré a Elena y a Ana, unas de las amigas que me invitaron a la fiesta.
Llegamos a casa de Elena, que es donde me alojaría durante ese fin de semana. El día 29 por la noche fuimos a la fiesta junto con más gente de todas partes. Todo fue perfecto hasta que vi que tenía una llamada de Álvaro, mi mejor amigo. Cogí la llamada, era su madre, ella me dijo llorando que su hijo había tenido un accidente de moto y que estaba en coma. En ese momento las lágrimas me invadieron y me fui corriendo de la fiesta. Llegué a casa de Elena, cogí mis cosas y cogí el Ave hacia donde estaba Álvaro, Valencia.

Nunca lo pasé tan mal como ese día".



La semana que viene los relatos empezarán con "Nunca lo pasé tan mal como ese día". ¡Suerte y que las musas os inspiren! ;)

dimarts, 1 de novembre del 2016

Microrrelatos - tercera semana

La ganadora de esta semana ha sido Alba Pumar, con una historia muy apropiada para el día en que estábamos celebrando Halloween en el colegio. ¡Buen trabajo, Alba!

"Ya nos íbamos a casa, pero lo pasamos muy bien. La verdad es que me lo pasé mejor cuando de casualidad un día me encontré con mi mejor amiga en una gasolinera. Al verla me puse muy contenta y, como hacía mucho tiempo que no nos veíamos, decidimos cenar juntas, compramos unas pizzas, papas y cocacola. Al llegar a casa hicimos las pizzas y lo preparamos todo.
Mientras cenábamos decidimos ver una película de terror. Mirando qué películas tenía descargadas, encontramos Ouija, como nos interesó, la pusimos. La verdad es que nos dio miedo pero teníamos ganas de ver otra película de terror así que buscamos una película pero no encontramos que nos interesara. De repente se puso una película que se llamaba The ring, nos asustamos porque se puso sola pero, como nos interesó, la empezamos a ver. A mitad de la película nos dimos cuenta de que era la niña del pozo, que trata sobre un vídeo y una niña, cuando se ve este vídeo la niña llama y dice que quedan siete días.
Casi al final de la película llamaron al teléfono de casa, nos dio tanto miedo que no lo cogimos. Cuando creíamos que la película había terminado, nos relajamos un poco pero de repente la niña atacó al marido de la protagonista y en ese momento llamaron otra vez al teléfono de casa, entonces nos asustamos un montón.
Cuando se terminó la película teníamos tanto miedo que decidimos dormir juntas. Nos fuimos a la cama y de repente se apagaron las luces y se volvieron a encender al cabo de un rato. Eso se repitió unas cuantas veces. Al día siguiente, cuando nos despertamos, pusimos las noticias, donde comunicaban que la noche anterior hubo unos cuantos apagones y las llamadas eran unos amigos que nos querían invitar a una fiesta".



La próxima semana empezaremos con "Las llamadas eran unos amigos que nos querían invitar a una fiesta".

diumenge, 23 d’octubre del 2016

Microrrelatos - segunda semana

Esta semana el microrrelato tenía que empezar con "Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar". El ganador ha sido el relato de Gerard Oliver.


"Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar. Cuando gané la lotería y decidimos ir de vacaciones unos días aprovechando que ganamos la lotería. Fuimos una semana de verano, el paisaje allí era precioso y las playas también lo eran. Al pasar la semana allí nos esperamos un tiempo y fuimos a Nueva York, visitamos la estatua de la Libertad y conseguimos subir a la cabeza aunque costó por la gran cola que había pero valió la pena por las vistas. Luego fuimos al Empire State y entramos hasta donde pudimos, de noche se iluminaba de diferentes colores, cruzamos el puente de Brooklyn a pie, eran unos 30 minutos, al final volvimos al hotel para preparar las maletas ya que nos íbamos a casa, pero lo pasamos muy bien".



La próxima semana los relatos empezarán con "Nos íbamos a casa, pero lo pasamos muy bien".

dimecres, 19 d’octubre del 2016

Mi pequeña biografía

Las chicas y chicos de 1ºESO han reflejado en una línea del tiempo, los acontecimientos más importantes de sus vidas.

Estos son algunos de los trabajos presentados.

 Natasha Elori


 Wisal Aouil


 María Romero


 Bianca Tinta


 Nuria García


 Marta Celda


Clara Contreras

diumenge, 16 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - segunda historia

Vamos a por la segunda historia en cadena de este trimestre. Había que empezarla con "Sabía que no debía ir". Las historias que han concursado esta semana han sido de mucho nivel y merecedoras todas de ganar pero como solo puede ganar una, la más votada ha sido la de Alejandro Montes, que nos deja la puerta abierta a la imaginación y al misterio.

"Sabía que no debía ir cuando mi amigo Jonathan nos dijo a Paul y a mí que nos separáramos del grupo de la excursión que había realizado el colegio, que consistía en ir al bosque a ver la naturaleza e informarnos para el trabajo de naturales, porque era un aburrimiento. Quería que fuésemos los tres por nuestra cuenta hacia el interior del bosque.
- Se darán cuenta de que nos hemos ido y además tenemos que volver después. ¿Sabrás orientarte? - le pregunté.
- Claro, faltaría más – dijo Jonathan.
- Pero a lo mejor no volvemos a tiempo y se va el autobús sin nosotros – protestó asustadizo Paul.
Después de estar discutiendo diez minutos, optamos por adentrarnos en el bosque por nuestra cuenta. Después de estar caminando un cuarto de hora vimos un Chevrolet Corvette de 1957 abandonado desde hacía mucho tiempo y en un estado deplorable.
Al cabo de un tiempo dije:
- Deberíamos volver, se está haciendo tarde.
- Sabes volver, ¿no?- dijo Paul.
- Pues ahora que lo decís, no me he fijado en el camino – dijo Jonathan preocupado.
- ¡¿Qué?!- dijimos Paul y yo al unísono.
- Dijiste que sabías orientarte – dije yo enfadado.
- Bueno, ya saldremos, estamos en un sitio alto así que debemos ir hacia abajo buscando un pueblo para poder llamar – argumentó Jonathan.
- Más te vale que funcione – dijo Paul.
Cuando ya llevábamos una hora caminando encontramos una casa muy grande, pero no llegaba a ser una mansión. Nos acercamos y vimos un cartel en el que ponía: “Hogar el profesor Mc Inley, su esposa Rosemary y sus queridos hijos Fredo y Michael”.
- Estamos salvados – dijo Paul con júbilo.
- Vamos a llamar a la puerta – dije yo.
Al llamar, del golpe de los nudillos se abrió la puerta. Entramos para ver si había alguien y acabar con una pesadilla que acababa de comenzar".


¡Suerte a los continuadores de esta pesadilla!


21/10/16
La pesadilla continúa con el texto de Yoli Murciano, que hace muchas alusiones a elementos de la primera parte de la historia de manera que todo el conjunto ha quedado bien cohesionado.

"Cuando entramos en la casa, la puerta se cerró sola de repente haciendo un ruido fuerte que hizo que nos sobresaltáramos. Vimos que la casa era vieja, la mayoría de las cosas estaban rotas o desgastadas, todo en general estaba apagado y había bichos por todas partes, las ventanas estaban rotas y tapadas con maderas…
- Tengo miedo, ¿por qué no nos vamos de aquí?- dijo Jonathan con una voz tartamudeante y asustadiza.
- Nos iríamos pero alguien no se fijó en el camino y no podemos volver – dijo Paul con voz sarcástica.
- Bueno, chicos, callaos, vamos a investigar a ver si encontramos algo o a alguien – dije con voz preocupada.
- Está bien- dijeron los dos a la vez.
Nos pusimos manos a la obra pero no encontramos nada. De repente vimos a un hombre y a una mujer que estaban allí y fuimos hacia ellos.
- Hola, soy Tatiana, la sirvienta del profesor Mc Inley y él es Yerai, el mayordomo – dijo la mujer con una voz clara.
- Hola, estos son mis amigos Jonathan y Paul y yo soy Ayden – dije con voz despreocupada-. Nos hemos perdido por el bosque, ¿saben ustedes más o menos por dónde nos encontramos?
- Sí, están en la zona este del bosque Hayedo Spessart en Alemania – dijo el hombre con una voz ronca y desgastada.
- Gracias. Em… ¿nos pueden dejar un móvil o saben dónde localizar la salida del bosque? – dijo Jonathan con preocupación.
Los dos se quedaron con cara extrañada al oír “móvil”.
- No tenemos “móvil” pero si quieren les podemos dejar un mapa para que intenten salir de aquí – dijo Tatiana.
Nos quedamos pensando unos segundos y dije “está bien”.
- Gracias- dijimos los tres al mismo tiempo.
La mujer se fue a por el mapa y nos quedamos con el hombre.
- Y bien, ¿qué os trae por aquí? – dijo Yerai.
- Veníamos a hacer un trabajo sobre naturales pero nos separamos del grupo y nuestra irresponsabilidad nos trajo hasta aquí – dije con una cara supuestamente preocupada.
- Ya estoy aquí – dijo Tatiana-. Bueno, les he marcado con un rotulador rojo por dónde deben ir – dijo la mujer-. Espero que consigan llegar hasta donde deban ir.
Mientras íbamos a salir de la casa aparecieron un hombre, una mujer y dos niños, les preguntaron a los sirvientes quiénes éramos.
- Encantado de conoceros, muchachos – dijo el profesor- yo soy Mc Inley, mejor, el PROFESOR Mc Inley y ella es mi mujer Rosemary y mis dos hijos.
- Encantados, señor, o… o… osea PROFESOR Mc Inley – dijimos los tres más o menos.
- Tenemos que irnos, nos esperan unos maestros furiosos y un largo camino hasta ellos – dije satisfecho-. Muchas gracias por todo y disculpen las molestias- dije mientras nos íbamos.
- Sí. Tarde o temprano nos volveremos a ver jajaja – dijo con un murmullo y una risa maligna.
Echamos a andar y la noche era fría y húmeda, seguimos andando, saqué la linterna y vimos que por el camino alguien nos estaba siguiendo y eran personas, parecía que se trataba de niños pero era el mayordomo de la casa que nos dijo que si veíamos un coche Chevrolet de 1957 ni lo tocáramos ni le prestáramos la menor atención".


El próximo viernes terminamos esta misteriosa historia. ¡Que os visiten las musas esta semana! ;)


1/11/16
Finalmente, terminamos este relato con el desenlace escrito por Alejandro Moreno, que cierra esta historia con un suspense muy propio de las historias de terror.

"Los tres nos miramos mutuamente y nos asustamos por lo que podía pasarnos si nos acercábamos. Cuando le fuimos a preguntar a Yerai por qué no podíamos tocar el coche ya no estaba y salimos corriendo hacia abajo por el camino que indicaba el mapa. Cuando llegamos abajo donde estaba aparcado el bus, los niños, nuestros compañeros, ya estaban subiendo y corrimos para ver si nos daba tiempo a subir pero el autobús había arrancado y cuando justo íbamos por la parte trasera del bus, Jonathan pegó un golpe y el autobús se paró inmediatamente.
Subimos y ahí estaba la profesora en el pasillo del autobús y nos preguntó:
- ¿Por qué os habéis separado del grupo?- con tono de enfado.
- Porque Paul se paró a atarse los cordones y nosotros le esperamos y cuando acabó el grupo ya no estaba así que nos fuimos a la casa más cercana para ver si podíamos salir del bosque – dijo Jonathan.
- Bueno, ya hablaremos mañana junto con el director.
Al día siguiente en clase, vino la jefa de estudios y dijo:
- Como ya sabéis, la profesora de geografía está de baja de maternidad así que hemos traído a un profesor sustituto.
Nosotros no habíamos dormido nada debido a lo que había pasado el día anterior así que estábamos durmiendo pero despiertos… sí, eso que estás durmiendo pero escuchas lo que está pasando. Cuando entró el profesor se hizo un silencio y empezó a hablar…
- Yo me llamo Mc Inley, mejor, el PROFESOR Mc Inley.

Nosotros, al escuchar esas palabras, levantamos las cabezas los tres a la vez y nos miramos mutuamente".



Enhorabuena a tod@s l@s participantes de las tres semanas en las que hemos estado construyendo este relato. De nuevo... ¡¡buen trabajo!!

Empezamos los microrrelatos

En 2º ESO hemos empezado el concurso de microrrelatos. Este año había que empezar con "Sabía que no debía ir" y el relato ganador de la primera semana ha sido el de Nerea García, que tiene una estupenda frase final para los relatos de la semana que viene.


"Sabía que no debía ir… Lo único que he hecho ha sido fastidiarlo todo… Todo parecía perfecto. La gente perfecta, la fiesta perfecta, el día perfecto… Pero no nos damos cuenta de que en un segundo todo cambia.

El sábado nos invitaron a una fiesta a mi mejor amiga, Maica, y a mí. Estábamos tan ilusionadas… Nuestra primera fiesta y encima con los populares del instituto… Todo era genial.

Entonces llegó la noche de la fiesta en casa de Esther. Maica vino a mi casa las 6:30 para cambiarnos allí y les dijimos a nuestras parejas, Jose y Sergi, que vinieran a las 8.

Mientras nos estábamos cambiando, al subirme la cremallera del vestido se rompió. Eran ya las 7:30 y no nos daba tiempo a comprar otro así que decidimos intentar arreglarlo con un poco de hilo y una aguja y funcionó. Por lo menos el vestido podría aguantar toda la noche.

Nuestras parejas se retrasaron por un atasco en la autovía así que llegamos tarde… Pero lo peor fue cuando llegamos a casa de Esther. Llegamos allí con nuestras invitaciones cuando nos dijeron que no podíamos entrar, nosotras pedimos que bajara Esther y cuando bajó, al ver que mi pareja era Jose, se enfadó muchísimo conmigo porque ellos se llevaban fatal así que nos echó de la fiesta. Todo iba de mal en peor hasta que a Maica le dio uno de sus ataques de asma. Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar…".


Los relatos de la semana que viene empezarán con "Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar". ¡Suerte!

diumenge, 9 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - desenlace

El desenlace ganador de la historia de Haizea e Imanol ha sido el de Marta Ibáñez. Con él damos por terminada esta historia y la semana que viene iniciamos una nueva, que comenzará con "Sabía que no debía ir". ¡Suerte a los cinco participantes!


"Eran dos voces masculinas. Imanol y Haizea se escondieron detrás de la mesa de su despacho.
Los dos hombres se quedaron frente al despacho de Imanol, sin entrar. Desde dentro se podía oír la conversación que mantenían.
- ¡No podemos seguir ocultando lo que pasó! Ya han pasado muchos años.
- ¿Estás loco? No podemos ir y contarlo, nos meterían en la cárcel.
- Pero… ¿y qué pasa con Imanol?- Haizea al escuchar su nombre, soltó un pequeño grito.
Los dos hombres pararon de hablar, no escucharon nada más.
- No podemos hablar más- continuó-. Nadie oirá nada y nadie sabrá nada… ¿Entendido?
El otro hombre asintió. Después desaparecieron.
- ¿Qué pasó? – le preguntó Haizea.
- El gobierno elegía a personas al azar, les inyectaban un virus para pruebas científicas. Ellos por cada logro ganaban mucho dinero.
- ¿Y por qué personas? – preguntó Haizea aterrorizada.
- Porque vieron que con animales no hacía el mismo efecto.
- ¿Y en qué los querían convertir?
Imanol guardó silencio por unos segundos y decidió contárselo.
- Querían hacer mutantes pero aún no han conseguido nada y ya van por el paciente cuatrocientos.
Haizea no sabía qué decir, necesitó sentarse.
-Pe… pe… ¿pero qué tiene que ver conmigo?
- No lo sé, vamos a ver qué encontramos en este despacho y buscaremos una solución.
Estuvieron buscando durante unos 30 minutos, buscaron por todas partes sin encontrar nada. Entonces Imanol se acordó de un lugar secreto de detrás de la pared y encontró una foto de Haizea, después una hoja a parte con su documentación y unas letras en azul que ponía “siguiente paciente”.
Imanol se quedó sorprendido, por unos segundos le vino la imagen a la mente de lo que le pasó. Imanol había descubierto el proyecto y para que no dijera nada lo hicieron cómplice y él aceptó. A los días le hicieron planear la desaparición de Haizea pero él se sintió culpable y se echó para atrás. Lo mataron para que no se descubriese nada.
Imanol se lo contó a Haizea.
- No podemos contarlo. El gobierno está detrás de todo.
- ¿Y qué podemos hacer? – dijo Imanol.
- Yo me escaparé y me iré a otro lugar. Tengo dinero ahorrado. Y tú me ayudarás y me acompañarás. Y aquí no ha pasado nada, ya buscaremos una solución".


diumenge, 2 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - Nudo

El ganador de esta semana ha sido Alejandro Castellano, con una muy buena continuación de la historia de Haizea e Imanol, que aumenta el suspense.


"A la mañana siguiente Imanol, que no había dormido ya que obviamente los fantasmas no duermen, escuchó como Haizea salía de su habitación. Al llegar al salón la chica dijo "Buenos días" y empezó a prepararse el desayuno. Mientras tanto, ella trató de conocer un poco mejor el pasado de su nuevo amigo y después de hacerle unas cuantas preguntas descubrió que Imanol trabajaba en un laboratorio situado a las afueras de la ciudad. "¡Qué coincidencia!" pensó, "yo también soy técnico de laboratorio", dijo Haizea. Es por ello que ambos creyeron que era buena idea empezar a investigar en su antiguo puesto de trabajo. Una vez en la calle, detuvieron un taxi para que los llevara hasta el laboratorio.

Al llegar allí, Haizea recordó que ella también había estado trabajando allí varios años atrás. "¿Cómo lograremos entrar?", preguntó Imanol. "Esperaremos a que los vigilantes se marchen", respondió ella.

Después de esperar un buen rato, al fin llegó su momento. Los vigilantes de la puerta se metieron dentro de las instalaciones y ellos dos aprovecharon para entrar sin ser vistos. Pero al entrar él se quedó pensativo. "¿Por dónde empezamos?, ¡no sabemos qué estamos buscando, Haizea!". "Sí, tienes razón" dijo la joven. "Lo mejor será ir a tu antiguo despacho, puede que ahí encontremos alguna pista".

Llegar hasta el despacho de Imanol no les resultó demasiado complicado pues era la hora del almuerzo y prácticamente todos los empleados estaban en la cafetería del laboratorio. Cuando estuvieron delante de la puerta de su viejo despacho Haizea, muy desilusionada, se dio cuenta de que estaba cerrada con llave. Pero eso para Imanol no suponía ningún problema ya que, a no ser que hubieran cambiado la cerradura, él siempre dejaba una copia de la llave dentro del macetero que había en ese mismo pasillo.

En aquella habitación todo parecía estar igual que antes y, aunque no sabían qué buscar exactamente, los dos estaban dispuestos a encontrar cualquier tipo de prueba. Pasado un rato, Imanol recordó que hace diez años él estaba trabajando en un proyecto secreto cuyo nombre era "Proyecto Z", por eso pensó en buscar información al respecto en el ordenador. Después de analizar varios informes del proyecto, entendió que años atrás había hecho un gran descubrimiento que no beneficiaría demasiado al gobierno. Cuando se lo iba a contar a Haizea escucharon voces que se aproximaban al despacho".


¡Suerte a quienes concursan la semana que viene! El listón está muy alto y necesitamos un buen final para nuestra historia.

divendres, 23 de setembre del 2016

Relatos en cadena

En 3ºESO dejamos atrás el concurso de microrrelatos para iniciar este año un concurso de relatos en cadena. Esta semana hemos empezado con el planteamiento de nuestra historia, que tenía que empezar con "Todo empezó el día en que decidí ir a comprar el pan a una panadería nueva y muy vistosa que acababa de abrir en mi barrio". La próxima semana votaremos el mejor nudo de la historia y la siguiente el mejor desenlace. Así, cada tres semanas tendremos una historia completa en cadena.

La ganadora de esta semana ha sido Irene Altamirano, con un estupendo arranque para nuestra historia que, a pesar de ser largo, nos ha mantenido a tod@s en vilo hasta el final. Buen trabajo, Irene. ¡Enhorabuena también a los demás concursantes porque todas las historias han sido muy buenas! 



Haizea

Todo empezó el día que decidí ir a comprar el pan a una panadería nueva y muy vistosa que acababa de abrir en mi barrio.

Iba paseando tranquilamente, como hacía de costumbre todas las tardes. Fui a mirar la hora en mi móvil cuando me di cuenta de que no lo llevaba. Suspiré y me acerqué a un señor que iba caminando con algo de prisa. “Perdone, señor, ¿me puede decir la hora?”, le dije colocándome a su lado. Él, simplemente, pasó de mí, no me dirigió ni una simple mirada. “¡Qué modales!”, solté hablándome a mí mismo.

Seguí paseando por las calles cuando me di cuenta de que donde antes estaba situada una tienda de ropa –no muy exitosa, por cierto- había una panadería con las puertas abiertas de par en par y con un gran cartel que ponía en mayúsculas “INAUGURACIÓN”. La fachada era toda con cristaleras, por lo que se veía por dentro que era bastante grande y con el espacio bien distribuido. También se veían entretenimientos como una televisión o incluso recreativas. Me llamó mucho la atención, así que decidí acercarme a comprar alguna cosa que se me antojara.

Cuando estaba entrado, justo salía un grupo enorme de señoras que, si no me llego a apartar a tiempo, me llevan por delante. “Wow, ¿pero qué le pasa a todo el mundo conmigo hoy?”, pensé.

Después de la estampida, quedaron dos personas dentro. El primero, y al que estaba atendiendo el panadero del mostrador, era un chico moreno y alto, aunque puede que eso de alto no tanto, ya que llevaba una gorra que parecía que le levitaba encima de la cabeza. Aparte de la gorra –de los Yankees, por cierto- llevaba una camiseta de baloncesto y unos pantalones que parecía que en cualquier momento se le iban a ir al suelo. Detrás de este, había una señora que parecía tener 60 años. Tenía la cara arrugada y llevaba un vestido con unas sandalias. “¿Quién es el último?” pregunté acercándome hacia la señora. Me ignoraron completamente. “¿Por qué nadie me hace caso?” pensé en voz alta. Ni me miraron. Ignoré el hecho de que no me hacían caso y simplemente me quedé detrás de la señora a esperar a que fuera mi turno.

Después de un buen rato, por fin me tocaba a mí. “Buenos días, ¿me da un par de ensaimadas?” dije con brillo en los ojos, tenían muy buena pinta. “¡Siguiente!” dijo el chico que estaba atendiendo. Me giré y vi a una chica no muy alta, con el pelo pelirrojo natural y muy rizado, ojos azules bastante grandes y vestida con lo que parecía un pijama. Tenía cara de cansada. “Perdone, señor, pero va él delante de mí”, dijo ella refiriéndose a mí. “¿Qué dices, niña? Aquí dentro solo estamos tú y yo” le contestó él, algo extrañado. Le intenté tocar el hombro a esa chica. La atravesé. Mi cara en ese instante fue un cuadro, aunque la suya era aun peor. Mientras, el dependiente miraba a la chica con una mueca. “¿Tú me ves? ¿Te acabo de… atravesar? ¿Me puedes escuchar?” dije una pregunta detrás de otra bastante nervioso. “Perdone, no le hago perder más el tiempo. Me encuentro algo indispuesta, mejor me voy” dijo ella haciéndome una pequeña seña para indicarme que la siguiera. Yo supuse que no me contestó nada porque estaba ese hombre delante y pensó que lo mejor era hablar en un sitio más aislado, para que no crean que está loca.

La seguí en silencio un rato hasta que se paró en un callejón completamente vacío. “¿Qué te pasa? ¿Por qué ese hombre no te veía? ¿Cómo me has atravesado? dijo ella sin creerse lo que estaba pasando. “No lo sé. Desde esta mañana me han estado pasando cosas así. Primero el señor al que le pedí la hora, luego la estampida de señoras, las personas de la tienda… nadie me hacía caso, ni siquiera me miraban. No lo entiendo” dije impresionado por lo que estaba pasando. “Puede que estés… muerto” contestó seria. “¡¿Qué?! ¿Cómo voy a estar muerto? Si estuviera muerto lo recordaría, ¿no?” respondí. “No tiene por qué… Me gusta mucho el tema de la vida después de la muerte y tal… Leí que alguien que muere de una forma traumática, dejándose algo importante por hacer, olvida todo acerca de su muerte y piensa que está vivo. Además…” dijo, quedándose callada de repente. “¿…Qué? ¿Además qué?” dije con curiosidad. “…Se quedan unidos a alguien con mucha relación a su muerte” respondió sorprendida. “No sé qué pensar… Quizá sea la explicación más “lógica”, dentro de lo que cabe, claro. Pero… ¿y ahora que haré? No puedo tocar nada. No puedo volver a mi casa” dije. “No lo sé… Debería ayudarte, ¿no? Ya sabes, solo yo puedo verte. Vente a mi casa y ahí hablamos todo más tranquilamente, venga” terminó ella.

La volvía  seguir hacia lo que se suponía que era su casa. Cuando por fin nos paramos y ella sacó sus llaves, me di cuenta de que era mi edificio. “Wow, que extraño que viva a quí y nunca la haya visto. Conozco a todos los vecinos. Desde los canis de arriba que ponen reggaetón a las 3 a.m., hasta la señora mayor de abajo que siempre se está quejando por todo” pensé. Ella abrió la puerta y la sujetó para que entrara. “Espera un momento… Ni siquiera sé su nombre… Me estoy metiendo en casa de una desconocida… Qué bien. Por lo menos sé que no me puede matar” pensé riéndome por esto último. “¿De qué te ries?” dijo ella mirándome extrañada mientras entrábamos al ascensor. “Estaba pensando que ni siquiera sé tu nombre” dije fijándome en que había marcado el número 3… mi piso. “Me llamo Haizea. Sí, sé que es raro” dijo ella. El ascensor ya estaba abriéndose. Volvió a sacar las llaves y abrió la puerta que estaba al lado de la mía. “Yo me llamo Imanol. Sí, yo también sé que es raro. Oye, una pregunta, ¿cómo es que viviendo al lado nunca te había visto?” dije entrado a su apartamento. “¿Qué? ¿Cómo que viviendo al lado? A mí una vecina me contó que…” comenzó a decir ella, quedándose parada en el umbral de la puerta. “…me dijo que ahí…” señaló mi puerta “… vivía un chico alto de pelo negro, pero que un día hace diez años desapareció… Todos lo dieron por muerto, aunque no encontraron ningún cadáver”. Me quedé con la boca abierta. “P-pero… está el cani de arriba, la señora de abajo… Ellos te pueden decir que yo sí que vivo aquí” dije totalmente desesperado. “Esa señora murió, y el “cani” se mudó hace meses” dijo ella con seguridad. “No me lo creo… ¿Y por qué vuelvo ahora? No entiendo nada” dije, aceptando lo que me estaba pasando. “Yo tampoco, pero te ayudaré a descubrir quién te mató para que puedas irte en paz a donde sea que se vayan los muertos, palabra de pelirroja. Aunque eso mañana, hoy han sido demasiadas emociones ya. Tengo una habitación de invitados… ¿Los muertos duermen?” dijo ella pensativa, a lo que yo reí. “No lo sé, supongo que eso lo descubriremos hoy”. 


Y ya que en este tema hemos dado las lenguas de España, os paso una canción llamada también Haizea, que está en castellano y en euskera:
https://www.youtube.com/watch?v=8NZE_rGtI5A


¡Suerte y ánimo de mi parte y de la de Irene a los concursantes de la semana que viene!

diumenge, 18 de setembre del 2016

Benvinguda curs 2016-17

Benvingudes i benvinguts!

Ja estem ací un any més amb un nou curs i nou repte per davant. Poques coses donen més força per començar que un bon poema així que obrim aquest curs amb Walt Whitman.

Carpe diem

¡Carpe Diem! Aprovecha el día,
No dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido un poco más feliz,
sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de
expresarte que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario…

No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo…

Somos seres, humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes…
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro y en
enfrentar tu tarea con orgullo, impulso
y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte…
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas…