diumenge, 23 d’octubre del 2016

Microrrelatos - segunda semana

Esta semana el microrrelato tenía que empezar con "Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar". El ganador ha sido el relato de Gerard Oliver.


"Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar. Cuando gané la lotería y decidimos ir de vacaciones unos días aprovechando que ganamos la lotería. Fuimos una semana de verano, el paisaje allí era precioso y las playas también lo eran. Al pasar la semana allí nos esperamos un tiempo y fuimos a Nueva York, visitamos la estatua de la Libertad y conseguimos subir a la cabeza aunque costó por la gran cola que había pero valió la pena por las vistas. Luego fuimos al Empire State y entramos hasta donde pudimos, de noche se iluminaba de diferentes colores, cruzamos el puente de Brooklyn a pie, eran unos 30 minutos, al final volvimos al hotel para preparar las maletas ya que nos íbamos a casa, pero lo pasamos muy bien".



La próxima semana los relatos empezarán con "Nos íbamos a casa, pero lo pasamos muy bien".

dimecres, 19 d’octubre del 2016

Mi pequeña biografía

Las chicas y chicos de 1ºESO han reflejado en una línea del tiempo, los acontecimientos más importantes de sus vidas.

Estos son algunos de los trabajos presentados.

 Natasha Elori


 Wisal Aouil


 María Romero


 Bianca Tinta


 Nuria García


 Marta Celda


Clara Contreras

diumenge, 16 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - segunda historia

Vamos a por la segunda historia en cadena de este trimestre. Había que empezarla con "Sabía que no debía ir". Las historias que han concursado esta semana han sido de mucho nivel y merecedoras todas de ganar pero como solo puede ganar una, la más votada ha sido la de Alejandro Montes, que nos deja la puerta abierta a la imaginación y al misterio.

"Sabía que no debía ir cuando mi amigo Jonathan nos dijo a Paul y a mí que nos separáramos del grupo de la excursión que había realizado el colegio, que consistía en ir al bosque a ver la naturaleza e informarnos para el trabajo de naturales, porque era un aburrimiento. Quería que fuésemos los tres por nuestra cuenta hacia el interior del bosque.
- Se darán cuenta de que nos hemos ido y además tenemos que volver después. ¿Sabrás orientarte? - le pregunté.
- Claro, faltaría más – dijo Jonathan.
- Pero a lo mejor no volvemos a tiempo y se va el autobús sin nosotros – protestó asustadizo Paul.
Después de estar discutiendo diez minutos, optamos por adentrarnos en el bosque por nuestra cuenta. Después de estar caminando un cuarto de hora vimos un Chevrolet Corvette de 1957 abandonado desde hacía mucho tiempo y en un estado deplorable.
Al cabo de un tiempo dije:
- Deberíamos volver, se está haciendo tarde.
- Sabes volver, ¿no?- dijo Paul.
- Pues ahora que lo decís, no me he fijado en el camino – dijo Jonathan preocupado.
- ¡¿Qué?!- dijimos Paul y yo al unísono.
- Dijiste que sabías orientarte – dije yo enfadado.
- Bueno, ya saldremos, estamos en un sitio alto así que debemos ir hacia abajo buscando un pueblo para poder llamar – argumentó Jonathan.
- Más te vale que funcione – dijo Paul.
Cuando ya llevábamos una hora caminando encontramos una casa muy grande, pero no llegaba a ser una mansión. Nos acercamos y vimos un cartel en el que ponía: “Hogar el profesor Mc Inley, su esposa Rosemary y sus queridos hijos Fredo y Michael”.
- Estamos salvados – dijo Paul con júbilo.
- Vamos a llamar a la puerta – dije yo.
Al llamar, del golpe de los nudillos se abrió la puerta. Entramos para ver si había alguien y acabar con una pesadilla que acababa de comenzar".


¡Suerte a los continuadores de esta pesadilla!


21/10/16
La pesadilla continúa con el texto de Yoli Murciano, que hace muchas alusiones a elementos de la primera parte de la historia de manera que todo el conjunto ha quedado bien cohesionado.

"Cuando entramos en la casa, la puerta se cerró sola de repente haciendo un ruido fuerte que hizo que nos sobresaltáramos. Vimos que la casa era vieja, la mayoría de las cosas estaban rotas o desgastadas, todo en general estaba apagado y había bichos por todas partes, las ventanas estaban rotas y tapadas con maderas…
- Tengo miedo, ¿por qué no nos vamos de aquí?- dijo Jonathan con una voz tartamudeante y asustadiza.
- Nos iríamos pero alguien no se fijó en el camino y no podemos volver – dijo Paul con voz sarcástica.
- Bueno, chicos, callaos, vamos a investigar a ver si encontramos algo o a alguien – dije con voz preocupada.
- Está bien- dijeron los dos a la vez.
Nos pusimos manos a la obra pero no encontramos nada. De repente vimos a un hombre y a una mujer que estaban allí y fuimos hacia ellos.
- Hola, soy Tatiana, la sirvienta del profesor Mc Inley y él es Yerai, el mayordomo – dijo la mujer con una voz clara.
- Hola, estos son mis amigos Jonathan y Paul y yo soy Ayden – dije con voz despreocupada-. Nos hemos perdido por el bosque, ¿saben ustedes más o menos por dónde nos encontramos?
- Sí, están en la zona este del bosque Hayedo Spessart en Alemania – dijo el hombre con una voz ronca y desgastada.
- Gracias. Em… ¿nos pueden dejar un móvil o saben dónde localizar la salida del bosque? – dijo Jonathan con preocupación.
Los dos se quedaron con cara extrañada al oír “móvil”.
- No tenemos “móvil” pero si quieren les podemos dejar un mapa para que intenten salir de aquí – dijo Tatiana.
Nos quedamos pensando unos segundos y dije “está bien”.
- Gracias- dijimos los tres al mismo tiempo.
La mujer se fue a por el mapa y nos quedamos con el hombre.
- Y bien, ¿qué os trae por aquí? – dijo Yerai.
- Veníamos a hacer un trabajo sobre naturales pero nos separamos del grupo y nuestra irresponsabilidad nos trajo hasta aquí – dije con una cara supuestamente preocupada.
- Ya estoy aquí – dijo Tatiana-. Bueno, les he marcado con un rotulador rojo por dónde deben ir – dijo la mujer-. Espero que consigan llegar hasta donde deban ir.
Mientras íbamos a salir de la casa aparecieron un hombre, una mujer y dos niños, les preguntaron a los sirvientes quiénes éramos.
- Encantado de conoceros, muchachos – dijo el profesor- yo soy Mc Inley, mejor, el PROFESOR Mc Inley y ella es mi mujer Rosemary y mis dos hijos.
- Encantados, señor, o… o… osea PROFESOR Mc Inley – dijimos los tres más o menos.
- Tenemos que irnos, nos esperan unos maestros furiosos y un largo camino hasta ellos – dije satisfecho-. Muchas gracias por todo y disculpen las molestias- dije mientras nos íbamos.
- Sí. Tarde o temprano nos volveremos a ver jajaja – dijo con un murmullo y una risa maligna.
Echamos a andar y la noche era fría y húmeda, seguimos andando, saqué la linterna y vimos que por el camino alguien nos estaba siguiendo y eran personas, parecía que se trataba de niños pero era el mayordomo de la casa que nos dijo que si veíamos un coche Chevrolet de 1957 ni lo tocáramos ni le prestáramos la menor atención".


El próximo viernes terminamos esta misteriosa historia. ¡Que os visiten las musas esta semana! ;)


1/11/16
Finalmente, terminamos este relato con el desenlace escrito por Alejandro Moreno, que cierra esta historia con un suspense muy propio de las historias de terror.

"Los tres nos miramos mutuamente y nos asustamos por lo que podía pasarnos si nos acercábamos. Cuando le fuimos a preguntar a Yerai por qué no podíamos tocar el coche ya no estaba y salimos corriendo hacia abajo por el camino que indicaba el mapa. Cuando llegamos abajo donde estaba aparcado el bus, los niños, nuestros compañeros, ya estaban subiendo y corrimos para ver si nos daba tiempo a subir pero el autobús había arrancado y cuando justo íbamos por la parte trasera del bus, Jonathan pegó un golpe y el autobús se paró inmediatamente.
Subimos y ahí estaba la profesora en el pasillo del autobús y nos preguntó:
- ¿Por qué os habéis separado del grupo?- con tono de enfado.
- Porque Paul se paró a atarse los cordones y nosotros le esperamos y cuando acabó el grupo ya no estaba así que nos fuimos a la casa más cercana para ver si podíamos salir del bosque – dijo Jonathan.
- Bueno, ya hablaremos mañana junto con el director.
Al día siguiente en clase, vino la jefa de estudios y dijo:
- Como ya sabéis, la profesora de geografía está de baja de maternidad así que hemos traído a un profesor sustituto.
Nosotros no habíamos dormido nada debido a lo que había pasado el día anterior así que estábamos durmiendo pero despiertos… sí, eso que estás durmiendo pero escuchas lo que está pasando. Cuando entró el profesor se hizo un silencio y empezó a hablar…
- Yo me llamo Mc Inley, mejor, el PROFESOR Mc Inley.

Nosotros, al escuchar esas palabras, levantamos las cabezas los tres a la vez y nos miramos mutuamente".



Enhorabuena a tod@s l@s participantes de las tres semanas en las que hemos estado construyendo este relato. De nuevo... ¡¡buen trabajo!!

Empezamos los microrrelatos

En 2º ESO hemos empezado el concurso de microrrelatos. Este año había que empezar con "Sabía que no debía ir" y el relato ganador de la primera semana ha sido el de Nerea García, que tiene una estupenda frase final para los relatos de la semana que viene.


"Sabía que no debía ir… Lo único que he hecho ha sido fastidiarlo todo… Todo parecía perfecto. La gente perfecta, la fiesta perfecta, el día perfecto… Pero no nos damos cuenta de que en un segundo todo cambia.

El sábado nos invitaron a una fiesta a mi mejor amiga, Maica, y a mí. Estábamos tan ilusionadas… Nuestra primera fiesta y encima con los populares del instituto… Todo era genial.

Entonces llegó la noche de la fiesta en casa de Esther. Maica vino a mi casa las 6:30 para cambiarnos allí y les dijimos a nuestras parejas, Jose y Sergi, que vinieran a las 8.

Mientras nos estábamos cambiando, al subirme la cremallera del vestido se rompió. Eran ya las 7:30 y no nos daba tiempo a comprar otro así que decidimos intentar arreglarlo con un poco de hilo y una aguja y funcionó. Por lo menos el vestido podría aguantar toda la noche.

Nuestras parejas se retrasaron por un atasco en la autovía así que llegamos tarde… Pero lo peor fue cuando llegamos a casa de Esther. Llegamos allí con nuestras invitaciones cuando nos dijeron que no podíamos entrar, nosotras pedimos que bajara Esther y cuando bajó, al ver que mi pareja era Jose, se enfadó muchísimo conmigo porque ellos se llevaban fatal así que nos echó de la fiesta. Todo iba de mal en peor hasta que a Maica le dio uno de sus ataques de asma. Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar…".


Los relatos de la semana que viene empezarán con "Yo sabía que a partir de ese momento mi vida iba a cambiar". ¡Suerte!

diumenge, 9 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - desenlace

El desenlace ganador de la historia de Haizea e Imanol ha sido el de Marta Ibáñez. Con él damos por terminada esta historia y la semana que viene iniciamos una nueva, que comenzará con "Sabía que no debía ir". ¡Suerte a los cinco participantes!


"Eran dos voces masculinas. Imanol y Haizea se escondieron detrás de la mesa de su despacho.
Los dos hombres se quedaron frente al despacho de Imanol, sin entrar. Desde dentro se podía oír la conversación que mantenían.
- ¡No podemos seguir ocultando lo que pasó! Ya han pasado muchos años.
- ¿Estás loco? No podemos ir y contarlo, nos meterían en la cárcel.
- Pero… ¿y qué pasa con Imanol?- Haizea al escuchar su nombre, soltó un pequeño grito.
Los dos hombres pararon de hablar, no escucharon nada más.
- No podemos hablar más- continuó-. Nadie oirá nada y nadie sabrá nada… ¿Entendido?
El otro hombre asintió. Después desaparecieron.
- ¿Qué pasó? – le preguntó Haizea.
- El gobierno elegía a personas al azar, les inyectaban un virus para pruebas científicas. Ellos por cada logro ganaban mucho dinero.
- ¿Y por qué personas? – preguntó Haizea aterrorizada.
- Porque vieron que con animales no hacía el mismo efecto.
- ¿Y en qué los querían convertir?
Imanol guardó silencio por unos segundos y decidió contárselo.
- Querían hacer mutantes pero aún no han conseguido nada y ya van por el paciente cuatrocientos.
Haizea no sabía qué decir, necesitó sentarse.
-Pe… pe… ¿pero qué tiene que ver conmigo?
- No lo sé, vamos a ver qué encontramos en este despacho y buscaremos una solución.
Estuvieron buscando durante unos 30 minutos, buscaron por todas partes sin encontrar nada. Entonces Imanol se acordó de un lugar secreto de detrás de la pared y encontró una foto de Haizea, después una hoja a parte con su documentación y unas letras en azul que ponía “siguiente paciente”.
Imanol se quedó sorprendido, por unos segundos le vino la imagen a la mente de lo que le pasó. Imanol había descubierto el proyecto y para que no dijera nada lo hicieron cómplice y él aceptó. A los días le hicieron planear la desaparición de Haizea pero él se sintió culpable y se echó para atrás. Lo mataron para que no se descubriese nada.
Imanol se lo contó a Haizea.
- No podemos contarlo. El gobierno está detrás de todo.
- ¿Y qué podemos hacer? – dijo Imanol.
- Yo me escaparé y me iré a otro lugar. Tengo dinero ahorrado. Y tú me ayudarás y me acompañarás. Y aquí no ha pasado nada, ya buscaremos una solución".


diumenge, 2 d’octubre del 2016

Relatos en cadena - Nudo

El ganador de esta semana ha sido Alejandro Castellano, con una muy buena continuación de la historia de Haizea e Imanol, que aumenta el suspense.


"A la mañana siguiente Imanol, que no había dormido ya que obviamente los fantasmas no duermen, escuchó como Haizea salía de su habitación. Al llegar al salón la chica dijo "Buenos días" y empezó a prepararse el desayuno. Mientras tanto, ella trató de conocer un poco mejor el pasado de su nuevo amigo y después de hacerle unas cuantas preguntas descubrió que Imanol trabajaba en un laboratorio situado a las afueras de la ciudad. "¡Qué coincidencia!" pensó, "yo también soy técnico de laboratorio", dijo Haizea. Es por ello que ambos creyeron que era buena idea empezar a investigar en su antiguo puesto de trabajo. Una vez en la calle, detuvieron un taxi para que los llevara hasta el laboratorio.

Al llegar allí, Haizea recordó que ella también había estado trabajando allí varios años atrás. "¿Cómo lograremos entrar?", preguntó Imanol. "Esperaremos a que los vigilantes se marchen", respondió ella.

Después de esperar un buen rato, al fin llegó su momento. Los vigilantes de la puerta se metieron dentro de las instalaciones y ellos dos aprovecharon para entrar sin ser vistos. Pero al entrar él se quedó pensativo. "¿Por dónde empezamos?, ¡no sabemos qué estamos buscando, Haizea!". "Sí, tienes razón" dijo la joven. "Lo mejor será ir a tu antiguo despacho, puede que ahí encontremos alguna pista".

Llegar hasta el despacho de Imanol no les resultó demasiado complicado pues era la hora del almuerzo y prácticamente todos los empleados estaban en la cafetería del laboratorio. Cuando estuvieron delante de la puerta de su viejo despacho Haizea, muy desilusionada, se dio cuenta de que estaba cerrada con llave. Pero eso para Imanol no suponía ningún problema ya que, a no ser que hubieran cambiado la cerradura, él siempre dejaba una copia de la llave dentro del macetero que había en ese mismo pasillo.

En aquella habitación todo parecía estar igual que antes y, aunque no sabían qué buscar exactamente, los dos estaban dispuestos a encontrar cualquier tipo de prueba. Pasado un rato, Imanol recordó que hace diez años él estaba trabajando en un proyecto secreto cuyo nombre era "Proyecto Z", por eso pensó en buscar información al respecto en el ordenador. Después de analizar varios informes del proyecto, entendió que años atrás había hecho un gran descubrimiento que no beneficiaría demasiado al gobierno. Cuando se lo iba a contar a Haizea escucharon voces que se aproximaban al despacho".


¡Suerte a quienes concursan la semana que viene! El listón está muy alto y necesitamos un buen final para nuestra historia.