"Porque hasta los corazones de hielo son capaces de derretirse. Estábamos en guerra, toda la ciudad estaba vacía, no había vida. Durante un tiempo las bombas sonaron pero de repente no se escuchó nada. Salí para ver qué pasaba y vi a un niño correr hacia los brazos de su madre. Me acerqué un poco y escuché:
- Mamá, seremos pobres, no tendremos para comer pero te juro que cuando sea mayor haré lo que esté en mi mano para que seas feliz.
La madre con lágrimas en los ojos le dijo:
- Mientras tenga vida no te faltará nada".
De modo que los relatos de la semana que viene tienen que empezar con "Mientras tenga vida no te faltará nada". ¡Ánimo y suerte!
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